El cloro de las piscinas puede dañar el ADN y causar problemas respiratorios (13-09-2010)

8/12/2013

Científicos del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (CREAL) y el Instituto de Investigación Hospital del Mar de Barcelona aseguran que nadar en piscinas cubiertas tratadas con cloro puede provocar efectos genotóxicos (daño en el ADN) y respiratorios,

según un estudio que publica la revista 'Environmental Health Perspectives'.

En dicho estudio se han analizado los subproductos de desinfección (DBP-disinfection by-products) y la mutagenicidad (capacidad de causar mutaciones de ADN permanentes) de muestras de agua recogidas en dos piscinas cubiertas, una de ellas desinfectada con cloro y la otra con bromo.

Además, fueron estudiados los cambios a corto plazo en los biomarcadores de genotoxicidad y los efectos respiratorios en los participantes que nadaron en la piscina tratada con cloro.

Estudios epidemiológicos previos encontraron una asociación entre la exposición a los subproductos de la desinfección del agua potable y el riesgo de cáncer de vejiga. Concretamente uno de estos informes, coordinado por el CREAL, concluyó que esta asociación se daba por exposición dérmica e inhalada como la que se produce durante la ducha, el baño o la natación.

En esta ocasión, la evidencia de los efectos genotóxicos se observaron en 49 adultos sanos después de nadar durante 40 minutos en una piscina cubierta tratada con cloro.

En concreto, los investigadores encontraron un aumento de los niveles de dos de los biomarcadores de genotoxicidad en relación con la concentración de los tipos más comunes de DBPs en el aire expirado después de nadar. Los biomarcadores que aumentaron fueron micronúcleos (tipo de biomarcador que indica daño en el ADN) en sangre, que es un biomarcador predictor del riesgo de cáncer en sujetos sanos, y con la mutagenicidad urinaria, otro biomarcador de exposición a agentes genotóxicos.

Igualmente, también se realizaron mediciones detalladas de los subproductos de la desinfección exhalados más comunes (trihalometanos) en el aire de alrededor de la piscina y en el aire exhalado de los sujetos antes y después de nadar.

Los investigadores midieron los biomarcadores de efectos respiratorios después de nadar y sólo se encontraron cambios en uno, un ligero aumento de la proteína CC16 en suero, lo que sugiere un aumento de la permeabilidad del epitelio pulmonar.

Según la investigadora del CREAL, Cristina Villanueva, "este aumento en la proteína CC16 se ha detectado previamente en un estudio en Bélgica y se puede explicar por los efectos del propio ejercicio, así como la exposición a los DBPs. Aún así, se necesita investigación adicional para clarificar la relevancia clínica de este cambio agudo y especialmente en su importancia en el asma".

Además, los autores identificaron más de 100 DBPs en el agua de las piscinas, algunos nunca antes descritos en agua de piscina y/o agua potable tratada con cloro. En ensayos 'in vitro' mostraron que el agua de la piscina era mutagénica a niveles similares a la del agua potable, aunque era más citotóxica (puede matar a las células a una concentración más baja) que el agua potable.


El siguiente paso: ver los efectos a largo plazo

Las exposiciones humanas estudiadas por este trabajo fueron de corta duración (40 minutos), de ahí que el codirector del CREAL, Manolis Kogevinas, reconozca que "son necesarias más investigaciones sobre los efectos genotóxicos y respiratorios de las exposiciones de larga duración".

También se señala la necesidad de nuevas investigaciones sobre una serie de piscinas bajo diversas condiciones de mantenimiento y uso, así como de los posibles efectos de la amplia gama de compuestos presentes en el agua de piscina.

En cualquier caso, Kogevinas ha reconocido que "en ningún caso quiere que se deje de nadar sino fomentar la reducción de productos químicos en las piscinas garantizando la desinfección de las mismas". De hecho, la reducción de los niveles de DBPs se puede conseguir aplicando con rigurosidad medidas como ducharse antes de nadar, utilizar gorro de baño, evitar orinar en las piscinas y realizar un mantenimiento adecuado de las mismas.

 

FUENTE: http://www.medicosypacientes.com/noticias/2010/09/10_09_13_piscinas

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